Después de una semanita un pelín estresada, porque mi jefe está atacado y me da tanto trabajo que siento que no puedo acabarlo... me he dado cuenta de que cuando salgo de trabajar, a eso de casi las 9 de la noche cosas tan simples y en las que casi nunca reparo, como por ejemplo, que me de el aire en la cara cuando llego a la calle, se transforma en algo muy gratificante. Eso de estar encerrada en la oficina más horas de lo normal hace que cuando estás fuera estés feliz. Ahora sólo pienso en lo bien que me siento escribiendo este post en mi sillón con una peli de fondo en pijamaaaaaaa, que gustitooo, en que cuando termine me voy a poner a leer un trocito de mi libro y me voy a quedar dormida en cuanto me lea la primera hoja, en que él está aquí y no de viaje como algunas noches que paso sola y en lo que me gusta dormirme la primera... qué bien...
Un besito.
g.
No hay comentarios:
Publicar un comentario