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28 mayo 2010

¡Vive y deja vivir!

Cuanta presión tenemos las mujeres a nuestro alrededor. Desde que somos niñas se espera mucho de nosotras. Cuando crecemos y salimos con alguien, todos los que nos rodean no paran de preguntarnos “¿Y para cuándo la boda?, cuando ya te has casado, ¿y para cuando el niño?, cuando el niño tiene un mes, ya te están preguntando que si no vas a ir a por la parejita. Además de todo esto, todo el mundo da por hecho que te vas a casar por la iglesia porque sería la boda ideal (como uno que me dijo que la boda por lo civil no lucía mucho), y dan por hecho que puedes tener hijos biológicos.
Además de que cuando tienes tu primer hijo siempre tienes a gente a tu alrededor que sabe hacer las cosas mucho mejor que tú. (Recordemos que tenemos a las puritanas de la lactancia, esas madres new age, de la liga de la leche (son como una secta) que dan el pecho a sus hijos hasta que tienen 10 años porque es megaultrabuenoyprotegedemillonesdeenfermedades y que persiguen a las que dan el biberón a sus niños recién nacidos provocándoles a las pobres grandes sentimientos de culpabilidad, porque estas supermadres no comprenden que a veces no se tiene leche suficiente para amamantar a un bebé y se queda con hambre).

Y si no puedes tener hijos casi que prefieres no contarlo por lo que sabes que se te viene encima, “¿qué tal estás?” “¿cómo va todo?” Siempre con una cara de pena que parece que los que tienen el problema son los que preguntan. Y si adoptas, te preguntan que por qué en ese país y por qué no en ese otro que son más monos porque tiene los ojos achinaditos. A veces me pregunto por qué creemos que podemos entrometernos en las vidas ajenas y por qué creemos que podemos hacer preguntas intimas que pueden llegar a molestar y dar consejos que no nos piden. Y además lo peor es cuando juzgamos.

Y lo mejor es cuando decides no tener pareja estable, ni tener niños ni nada por el estilo. Que lo que te va es tener un rollito de vez en cuando sin tener que complicarte la vida porque eres feliz siendo liiiiiiiiiiiiiiiiiibreeeeeeeeeeeeeeee como el viento. Eso es inadmisible. “Qué rara es esa chica. Mira que no tener instinto maternal ni apetecerle sentar ya la cabeza con la edad que tiene” Jeje. Cómo disfrutamos con este tipo de comentarios…

Y si no tienes novio porque no tienes novio, porque no se ha dado el caso, lo típico “¡que se te va a pasar el arroz!”. Qué horror de comentario.

Por qué! Por qué no respetamos la vida de los demás, por qué no nos esforzamos en pensar en nuestra propia vida y mejorarla.

Res-pe-te-mos a los demás y no nos en-tro-me-ta-mos en sus vidas.

Y recordad esta estrofa de la canción de El último de la fila:
“Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio no lo vayas a decir”

Un besito a tod@s.

G.

14 mayo 2010

APRENDER, EMPATIZAR Y OTRAS COSAS DE LA CONDUCCIÓN

Estoy aprendiendo a conducir. Sí, a mis 35 años lo estoy intentando. La verdad es que nunca le había prestado ninguna atención a esto de conducir un coche. No me llaman la atención los modelos, las marcas, ni tampoco me gusta la velocidad, ni siquiera conducía en los coches de choque de las ferias, tampoco he probado a jugar un videojuego de coches. NADA. … Pero tenía que hacerlo, de hecho me estaba apeteciendo hacerlo. Yo veo que todo el mundo conduce, cualquiera es capaz y yo me decía y por qué yo tengo tanto miedo, ¿por qué no me atrevo?

Hasta que un buen día de octubre me decidí y me apunté a la autoescuela. El teórico me costó pero aprobé. Hacía mucho tiempo que no estudiaba y memorizar cuesta mucho al principio, hasta que estudias un poquito todos los días y consigues hacer con éxito todos los test. Y lo conseguí. Aunque siempre hay un pero… A mí me gusta mucho hablar y a todos mis conocidos conté que me había apuntado y que estaba con el teórico y bla bla bla… y no sé por qué pero casi todos habían aprobado a la primera… qué presión… aunque en realidad la presión me la provocaba yo misma. Ellos sólo me contaban su experiencia… Yo creo que a veces tenemos ese pelín de orgullo que nos hace exigirnos demasiado para no sentirnos menos que los demás. Qué tontería, ¿no?

Ahora estoy con el práctico. Ya llevo varias clases, pero todavía no me siento segura para coger un coche yo sola ni para presentarme al examen. Hay días que llego más contenta porque he cometido menos fallos que otros, pero todavía necesito aprender más... y... al igual que con el teórico...!Todo el mundo me dice que ha dado muy pocas clases prácticas porque es facilísisisisisisiisisimo y que se están aprovechando de mí económicamente! Hasta mi pareja me dice, “¡Oye el coche para junio!, ¿no?” Buf... que presión. Ya sé que esto de sacarse el carnet de conducir es un gasto, pero si no estoy preparada, no estoy preparada. ¡Ya vuelvo a presionarme a mí misma!

Pero algún día no muy lejano lo conseguiré. Tengo que aprender a tener más confianza en mí misma, a saber cuando soy capaz de hacer algo y a conducir sintiéndome contenta de lo que estoy haciendo (que ya me va gustando…) pero poquito a poquito, a mi ritmo, lo siento por los que me meten prisa o les parece disparatado mi número de clases prácticas. Para empezar no todos tenemos la misma facilidad para aprender determinadas cosas. Creo que a veces necesitamos sentir que alguien nos comprende y que responde como si me conociera. ¿A esto se le llama empatía?. Empatizar…. ¿Por qué nos cuesta tanto ponernos en el lugar del otro? Y si hablamos con una persona que nos está contando algo que le está ocurriendo o que le preocupa yo creo que hay intentar darle ánimos al igual que nos gustaría que hicieran con nosotros. Siempre juzgamos, pensando en nosotros mismos, y damos muchos consejos que a lo mejor al otro no le apetece escuchar. Sólo hay que intentar entender cómo se siente la persona con la que hablamos. No puedo soportar a los que les estás contando algo y no te están escuchando, sólo quieren hablarte de que a ellos eso no les habría pasado, de que ellos fueron más listos y lo hicieron de una manera más rápida o efectiva…

Empatizar no es fácil, al igual que no es fácil aprender a conducir (más que a conducir a circular por Madrid) pero yo creo que tan sólo aprendiendo a escuchar lo puedo conseguir.

Ah! Y muchas gracias por leerme a tod@S. MUAAAAAAC.
Os dedico mi última acuarela. Arantxa, !esta si que se parece a Claudia!