Estoy aprendiendo a conducir. Sí, a mis 35 años lo estoy intentando. La verdad es que nunca le había prestado ninguna atención a esto de conducir un coche. No me llaman la atención los modelos, las marcas, ni tampoco me gusta la velocidad, ni siquiera conducía en los coches de choque de las ferias, tampoco he probado a jugar un videojuego de coches. NADA. … Pero tenía que hacerlo, de hecho me estaba apeteciendo hacerlo. Yo veo que todo el mundo conduce, cualquiera es capaz y yo me decía y por qué yo tengo tanto miedo, ¿por qué no me atrevo?
Hasta que un buen día de octubre me decidí y me apunté a la autoescuela. El teórico me costó pero aprobé. Hacía mucho tiempo que no estudiaba y memorizar cuesta mucho al principio, hasta que estudias un poquito todos los días y consigues hacer con éxito todos los test. Y lo conseguí. Aunque siempre hay un pero… A mí me gusta mucho hablar y a todos mis conocidos conté que me había apuntado y que estaba con el teórico y bla bla bla… y no sé por qué pero casi todos habían aprobado a la primera… qué presión… aunque en realidad la presión me la provocaba yo misma. Ellos sólo me contaban su experiencia… Yo creo que a veces tenemos ese pelín de orgullo que nos hace exigirnos demasiado para no sentirnos menos que los demás. Qué tontería, ¿no?
Ahora estoy con el práctico. Ya llevo varias clases, pero todavía no me siento segura para coger un coche yo sola ni para presentarme al examen. Hay días que llego más contenta porque he cometido menos fallos que otros, pero todavía necesito aprender más... y... al igual que con el teórico...!Todo el mundo me dice que ha dado muy pocas clases prácticas porque es facilísisisisisisiisisimo y que se están aprovechando de mí económicamente! Hasta mi pareja me dice, “¡Oye el coche para junio!, ¿no?” Buf... que presión. Ya sé que esto de sacarse el carnet de conducir es un gasto, pero si no estoy preparada, no estoy preparada. ¡Ya vuelvo a presionarme a mí misma!
Pero algún día no muy lejano lo conseguiré. Tengo que aprender a tener más confianza en mí misma, a saber cuando soy capaz de hacer algo y a conducir sintiéndome contenta de lo que estoy haciendo (que ya me va gustando…) pero poquito a poquito, a mi ritmo, lo siento por los que me meten prisa o les parece disparatado mi número de clases prácticas. Para empezar no todos tenemos la misma facilidad para aprender determinadas cosas. Creo que a veces necesitamos sentir que alguien nos comprende y que responde como si me conociera. ¿A esto se le llama empatía?. Empatizar…. ¿Por qué nos cuesta tanto ponernos en el lugar del otro? Y si hablamos con una persona que nos está contando algo que le está ocurriendo o que le preocupa yo creo que hay intentar darle ánimos al igual que nos gustaría que hicieran con nosotros. Siempre juzgamos, pensando en nosotros mismos, y damos muchos consejos que a lo mejor al otro no le apetece escuchar. Sólo hay que intentar entender cómo se siente la persona con la que hablamos. No puedo soportar a los que les estás contando algo y no te están escuchando, sólo quieren hablarte de que a ellos eso no les habría pasado, de que ellos fueron más listos y lo hicieron de una manera más rápida o efectiva…
Empatizar no es fácil, al igual que no es fácil aprender a conducir (más que a conducir a circular por Madrid) pero yo creo que tan sólo aprendiendo a escuchar lo puedo conseguir.
Ah! Y muchas gracias por leerme a tod@S. MUAAAAAAC.
Os dedico mi última acuarela. Arantxa, !esta si que se parece a Claudia!