
Si echamos cuentas, más te vale ahorrar antes de meterte en esa odisea. Primero, la pasta que cuesta la hipoteca de la casa, luego el sueldito del decorador y lo que es peor, el precio de los muebles y las reformas que te va a aconsejar ese dios del arte y el buen gusto que has contratado. Porque digo yo, que el decorador no va a perder su caché llevándote a Ikea a comprar los muebles y los materiales para realizar cualquier obrita que haya que hacer y seguro que te lo va a recomendar todo bueno y CARO.
Vamos, que no te valoras nada de nada, que no te gustan tus propios gustos... o que tus gustos no le gustan a la persona con la que te vas a vivir o viceversa. Yo creo que hay que arriesgarse un poco, ¿no? Cuando vas a casa de alguien, nada más entrar por la puerta, la decoración te dice como es la persona que vive en esa casa.
También está de moda contratar a un personal shopper, es decir, una persona que va contigo de compras para asesorarte en como tienes que vestir y qué te tienes que comprar. Eso significa que vas a ir vestida/o como le guste a tu asesor y no como te guste a tí. ¿Qué agobio no? Además, siempre se aprende de moda paseando por las calles o leyéndote el elle o el Vogue, o dejando a alguna de tus amigas aconsejarte y decirte que el rojo no pega con el rosa.
Pero... ¿No pensáis que hay que tener un poco más de confianza en uno mismo y vestirse y decorar nuestras casas como más nos guste? Porque al final... ¿Qué más da?
PD: Que conste que cada uno se puede ganar la vida como buenamente pueda y si quieres que te decoren pues guay. Sólo doy mi opinión. Un besito a los decoradores y a las estilistas que a algunos/as les vienen fenomenal y a los que se dejan decorar.
g.
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